Quizá todo el significado alquímico del gabinete de Francisco I pueda resumirse en las nueve pinturas que decoran la bóveda de cañón. Las cuatro situadas en las esquinas son otras tantas alegorías que representan la conjunción de los opuestos; las cuatro dispuestas en forma de cruz alrededor de la que está en el centro, aluden a los cuatro elementos sutiles y corporales. En todo este conjunto la pintura central representando a Prometeo recibiendo la Piedra vendría a ser la quintaesencia, generadora de los elementos y de las diversas cualidades a que dan lugar en sus diferentes combinaciones.
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