La nave es un símbolo al cual los alquimistas dan diversos
significados. Puede representar tanto el mercurio, materia prima, como
el alambique en el que se ejerce la gran obra; la nave es el cuerpo, la
materia. También alude al viaje por el mar filosófico, por
el «caos alquímico» que contiene los gérmenes
del renacimiento espiritual. Asimismo la imagen del hombre-árbol-huevo-nave
del «Infierno Musical» nos evoca los versos de Sebastián
Brandt, que se refieren a nuestro deambular laberíntico por el mundo:
Erramos en busca de puertos y de orillas
y jamás podemos tocar tierra;
nuestros viajes no tienen fin,
pues nadie sabe dónde abordar
y así el descanso huye de nosotros día
y noche.
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