Abraham Cohen de Herrera (?-Amsterdam 1635), estudió la Cábala con Israel Sarug en Italia, donde previamente se había educado con los diálogos platónicos y los Elementos de Teología de Proclo en traducción latina de M. Ficino, así como los comentarios de este último a los diálogos y su Teología platónica, obras que cita con frecuencia; traduciendo y glosando asimismo textos de León Hebreo, Francesco Patrizzi, Dionisio Areopagita y Pico della Mirandola entre otros, pues el neoplatonismo renacentista seguía vigente en Italia en esa época. El fragmento que publicamos de su obra Puerta del cielo y luz para entrar en la capacidad e inteligencia de la Cábala, cuyos misterios y contemplación son llegados al entendimiento humano pertenece a la selección de la misma efectuada por K. Krabbenhoft, anotada y con un interesante estudio previo, para la Fundación Universitaria Española (col. Clásicos Olvidados, Madrid 1986). De mano de Herrera y sobre Cábala se conserva igualmente, aunque incompleta: Casa de la divinidad; la traducción resumida al hebreo de ambas obras apareció en 1655 y Knorr von Rosenroth incluyó una versión latina de ésta en su obra de difusión de la Cábala, Kabbala Denudata (1677-84). Los paréntesis cuadrados son aclaraciones al texto.
Antología de Textos Herméticos
PUERTA DEL CIELO
ABRAHAM COHEN DE HERRERA
(Libro I, Proposiciones I-XIV)

LIVRO PRIMERO DE LA PUERTA DEL CIELO DE AB(RAHA)M COEN DE HERRERA

Breve introdución y compendio de alguna parte de la divina sabiduría q(ue) por tradisión vocal y sucesiva vino de Mosseh nuestro preceptor y maestro a los ancianos, a los profetas y sapientes del pueblo israelítico por merced del autor della y de todos los bienes de mí Ab(raha)m Coen de Herrera, hijo del honrado y prudente viejo Rabí David Cohen de Herrera, coligida de la ordinaria doctrina de R. Simeon ben Yohay, R. Mosseh Barnahman, R. Azariel, R. Iossef Chequitilia (Ma'areket ha‑Elohut) y su espositor R. Iuda Hayat, R. Mosseh de León, R. Mehir Gabay, R. Menah(e)m Recanati, Rabí Menahem Azaria de Fano y de otros cabalistas de loable memoria y principalmente del eminente Haham Rabí Mosseh Cordovero, que está em paz resebida, y platicada de la viva voz del Haham Rabí Israel Sarug de felice memoria, mi preceptor y maestro.

 

Proposición I. Afirma que hay un incauzado y necesario ser primero y que es eterno y sumamente perfecto.

Ab eterno y antes de todas las demás cosas es necesario que haya y por consiguiente es cierto que huvo como también hay y havrá siempre un eterno e incauzado cauzador de todo, que siendo por sí y no por otro, en sí y para sí y no en otro ni para otro, es necesario ser y por su esencia acto purísimo y libre de toda material y pasiva potencia, infinito bien y senzillísimo uno que en sí y por sí con inlimitada perfeción y suficiencia existe y consiste, y que como tal excediendo a las demás cosas sin tener proporción con ninguna dellas ni con todas juntas las contiene en sí con suma eminencia y senzilleza, produze, conserva, govierna y perficiona [perfecciona] fuera de sí con su infinita bondad, potencia y sabiduría no para adquerir o augmentar algo que le falte, pues como infinitamente perfecto no le falta ni puede faltar nada, sino para dar y comunicar a todos por merced y gracia alguna porción de la bondad que con inmensa exuberancia en sí es y contiene, representando en todos sus efectos y en cada uno dellos aunque en unos más y en otros menos aquella perfección que siendo en sí inaccesible e inalcançable a todos los produzidos entendimientos es solamente conocible y conosida y por consiguiente celebrada y glorioza por ellos y en ellas.

 

Proposición II. Continúa en declarar la infinidad y suma perfección de Ensof la cauza primera.

Desta primera cauza que llaman Ensof o infinito, no se puede entender ni entiende otro por sus efectos sino que continiéndolos a todos con suma simplicidad y eminencia los excede a todos en todo de manera que es del todo inlimitada e infinita como aquélla que no es contenida en ningún género, contraída por ninguna diferensia ni determinada a ninguna especia o limitada naturaleza de cosas ni tan poco a todas juntas, no solamente a las que fueron, son y serán mas también a todas las que fuera dellas pueden ser y no implica contradición que sean de manera que es aquel puro y absoluto ser por esencia que no es limitado ni limitable a ninguna determinada naturaleza ni a todas juntas, es aquella infinita duración y permanencia que sin principio, medio ni fin incluye y excede a todo principio, medio y fin que única, inmoble y eternamente en sí contiene y fuera de sí cauza. Es aquella inmensidad que a todos los que participan de ser y lo pueden partisipar asiste y está presente, obrando en los unos y estando pronta y dispuesta para obrar cuando quiziere en los otros todo lo que son y es posible que sean, y en resolución es aquella perfección que no solamente excede, contiene, cauza y puede cauzar todas las demás perfeciones que fuera della son y pueden ser mas en sí es tal y tanta que si en infinito fuéremos añadiendo mayores y más excelentes perficiones a las produzidas, y con el entendimiento fuéremos subiendo de más a más y más perfecto obgecto y concepto intelectual o inteligible, nunca llegaremos ni llegarán todos los efectos y alcansados conocimientos a perfición existente o conocida que no digo se iguale o parege mas aun se proporcione o semege a la infinita e incauzada perfición primera, porque por más que lo finito se multiplique y augmente, siempre queda finito y por conseguiente en infinito distante del que es infinito y a todos inproporcionado, con que se entiende porque llaman los sapientes cabalistas a la cauza primera Ensof o infinito y porque no se trata della sino es por negación, cauzalidad, analogía o comparación y exceso.

 

Proposición III. Ilustra y confirma lo que ha dicho con la analogía o comparación de la unidad a los números.

Como la unidad antecede a todos los números es pura y senzilla en sí, única y sin compañía fuera de sí. Contiene en sí a todos los números de modo que ninguna dellos es ni puede ser sin ella donde ella sin todos ellos es y consiste. Cauza a todos, dándoles el ser, conservación y perfición de que son capazes. Está en todos no solamente en el todo mas en cada una de sus partes. Así y mucho más Ensof la cauza incauzada y primera precede y antecede a todas las demás cozas no solamente en duración interminable mas en grado y excelencia inconparable, sin haver quien le exceda o anticipe de arriba o de antes la iguale o parege de lado y la asemege o proporcione de baxo. Es senzillísima y libre de toda compusión, variedad y número, unisísima, sumamente singular y solitaria sin que haya en ella ni fuera della, como ya diximos, quien se la iguale, acompañe, asemege o en algún real modo la sea proporcionado. Contiene en sí a todas las cozas mas con infinita eminencia y purísima unidad y senzilleza cáuzalas fuera de sí, dándoles el ser como eficiente, la conservación y govierno como exemplar y medio, la operación, el bien ser, perfición y bienaventurança como fin. Está en todas más íntimamente que ellas en sí mismas, toda en todas y toda en cada una y en cada parte de cada una sin por ello dexar de estar en sí fuera de todos y en infinito sobre todas en su inmensa sublimidad recogida y oculta. Sin ella ninguno es ni puede ser y por ella fueron, son y serán todos los que fueron y son. No repugna que sean y en algún tiempo vernán a ser y serán, y ella sin todos los demás fue, es y será (aunque sin distinción de pasado y futuro, variación, movimiento, sucesión y tiempo) todo lo que fue, es y será, y lo mismo que fue, es y será, sin que lo pasado la quite o prive ni lo futuro la añada y augmente y sin que el ser y no ser de todos los demás así exsistentes como posibles la haga más o menos perfecta, la augmente o mengüe o en algún modo altere o varíe su infinita perfección y absoluta suficiencia que única e inmoblemente permanese en eterno y es la misma.

 

Proposisión IV. Es propio de Ensof la cauza primera como infinitam(en)te liberal y buena comunicando difundirse y hazer bien a todos.

Siendo propio del bien hazer bien y comunicarse es conforme a razón y sierto que Ensof el incauzado cauzador primero, como suma e infinita bondad y suficiencia, se ha sumamente comunicado, haziendo por pura merced y gracia bien a muchos y mucho, propagando y difundiendo de sí como infinitamente liberal y magnífico muchos y muy perfectos grados, órdenes y especies de efectos en quien sumamente resplandese y es glorioso siendo verdad que por ellos conocemos a las cauzas, concluyendo que cuántos más y más perfectos son ellos, tanto más perfecta y poderosa es la cauza que los produxo como lo es la primera que comunicando aquel ser, poder y obra que en modo eminentísimo y senzillo ab eterno en sí tenía, es principio, medio y fin de todas las cozas, bien entendido que ninguno puede dar ni da a otro lo que no incluye en sí formal o virtualmente, con que es cierto que el que a todos todo da es sobre todos y todo y por conseguiente es suma perfección y excelencia.

 

Proposisión V. Que la oculta cauza primera se manifestó por sus efectos y que no se conseguiendo por los primeros, que quedaron encubiertos como su fuente, produxo otros que siendo entendidos la dieron a entender y manifestaron.

Queriéndose manifestar la infinita cauza primera fue necesario que produxise efectos a los cuales manifestándose descubriese y porq(ue) éstos como limitados y finitos no podían alcançar inmediata y perfectamente a su inlimitada perfectión y grandeza (así por la inproporción que hay entre ellos y ella como porque ella excede a todos los produzidos entendimientos mucho más de lo que exceden los más excelentes e incorpóreos inteligibles a los más baxos y corporales sentidos) determinó manifestarse por medios o representaciones y semejanças luminosas, incorpóreas y divinas que procedidas della y debaxo della demostrasen (aunque no sin su virtud y concurso) alguna porción aparte de su infinidad ya que toda por sí y en sí es totalmente inalcançable, y próxima e imediatamente produxo una perfectísima luz y efecto y en quien resplandesen en excelente manera las perfectiones de su inlimitada fuente, sino que por la grande unión que con ella tiene y por la perfectión que della participa con que en sí consistiendo a todos los demás excede, quedó oculto y no entendido, por lo cual produxo por éste a otro efecto que fuese demostración del y de su origen, que también por las mismas razones quedó encubierto y así sucesivamente produxo al tercero y a los demás hasta que llegando al décimo y postrero se puede ya alcançar y alcança como en lucidísimo espejo y perfectísima especia o reprezentante forma lo que es posible que entendiendo alcansen las puras inteligensias, los angélicos espíritos y las ánimas racionales, y en efecto todos los incorpóreos y criados entendimientos de la suma perfección de la cauza primera conseguiendo por este divino conocimiento su última felicidad y bienaventurança, y ésta es una de las cauzas de la multiplicación de los grados que se interponen entre la cauza primera y las intelectuales criaturas y de su encadenada procesión y admirable y bien dispuesta orden con que las circundan y penetran a todas.

 

Proposisión VI. Para llegar al inferior, inperfecto y corporal mundo fueron necesarios muchos grados q(ue) interpuestos entre él y la infinita cauza p(rime)ra lo van sucesivamente acomodando y proporcionando a su humildad y flaqueza.

Añádase a lo dicho que para q(ue) de la purísima e inlimitada unidad divina procediese tanta multitud y variedad como en sí contienen los tres criados mundos, es a saber el inteligible, el animástico y el corpóreo, con tanta y tan grande inperfectión, limitatión, alteración, generación y corrupción, como por sus propias pruduzidas naturalezas y comparadas a su infinito principio que en sí incluyen, fue conveniente por no dezir nesesario que decendiendo viniese la divina operación y eficacia por muchos y ordenados escalones y grados con que de unidad a multitud, de estabilidad a mudança, de espíritu a cuerpo, de ingendrable e incorruptible al que lo es y en resolución de muy perfecto a inperfectísimo como lo es y a él inferior y sublunar mundo descayesen y degenerasen tanto los efectos que llegasen a la inperfectión que vemos no risibiendo todos inmediatamente del perfectísimo primero ni del segundo, tercero o cuarto y los demás aun muy perfectos sino de los inferiores y postreros y a su inperfectión y aproporcionados aquel ser que en sí participan, y tienen bien entendido, como se manifestará adelante, que hay no solamente divinas sefirot o lumbres en su propio sublime y emanado mundo mas también por derivación y dependencia dellas y de la primera cauza que lo es de todas las cozas, otras como sus rayos, estenciones y ramas que infundidas en los mundos de la silla de la gloria o inteligible [beriyah,] de la yetsira y angélico y de la hassiah y corpóreo los produzen en virtud de la cauza primera de cuya luz como ya diximos son próximos receptáculos y eficazes instrumentos goviernan y perficionan con alguna proporción y conviniensia.

 

Proposisión VII. Por los mismos medios que decendieron pueden y deven subir los inferiores efectos a la infinita cauza primera.

De la proposición precedente se entiende cómo por la escalera de las encadenadas luzes que procedidas de Ensof la cauza primera son la divinidad estendida y comunicada a las criaturas desde la superior hasta la más baxa. Deciende no solamente la soberana eficacia para la produción y govierno de todas las cosas mas también pueden y deven subir los hombres (por no tratar agora de los ángeles y separados entendimientos, que no hazen a nuestro propósito) mediante la observancia e inteligencia de la ley divina que como expresa imagen de lo supremo es perfecto medio, y disposisión de lo baxo para que se ajunten y copulen con las soberanas luzes en que su felicidad consiste, y esto consiguen subiendo de la luz inferior a la más alta y desta a otra y a otra aun más sublime hasta que lleguen a la suma perfición y última felicidad posible q(ue) consiste en entender en ellas al infinito cauzador primero y a sus operaciones y efectos, señoreando también por ellas en todos los mundos en que pueden obrar y obran milagros y prodigios, alcançando también como señalamos los futuros contingentes, hinchiéndose de espírito de santidad y profecía y contemplando continua y claramente los divinos secretos y encubiertos misterios de quien depende la cábala o divina recepción de que tratamos.

 

Proposición VIII. Excediendo la infinita cauza primera a todos los inteligibles y entendimientos se representa y en algún modo entiende por las sefirot que della proceden.

Es necesario que intervenga alguna proporción y conviniencia entre la potencia conocitiva y su conoscible obgecto para que lo conosca, pero entre la cauza primera que es infinita y todos los produzidos y produzibles entendimientos que son limitados y della en infinito distantes, no hay ni puede haver comensuración o proporción alguna para que en alguna manera la alcansen y entiendan, con que es cierto que queda en sí y por sí del todo oculta y de ninguno conocida o conoscible en especial que conociéndola o la atribuyen una perfición que como sola y falta de las demás aunque excelente en su género o grado queda siendo inperfecta y por conseguiente indigna de la absoluta y universal perfición divina, o la aplican todas las perficiones que se hallan en los produzidos, que también no le convienen así porque cada una dellas es finita, todas limitadas y lo que dellas consta determinado como porque constituyen una multitud y composición de varias cosas dependientes y produzidas que es del todo ageno y repugnante a la unidad incauzada y pura simplicidad divina. Añádese a lo dicho que siendo la cauza primera totalmente incorpórea, inmoble y una es inposible que se alcanse por lo que privado destas perficiones le viene a ser opuesto como por la imaginación que solamente conoce los corporales obgectos o por la movible razón que dividiendo, componiendo, difiniendo y uno de otro infiriendo con sucesión discurre y propria y naturalmente alcansa las movibles naturalezas que le son proporcionadas, ni menos se alcansa por el entendimiento, porque éste como numerozo y limitado solamente lo que es terminado y vazío comprehende, con que es cierto que del todo es oculta y sin nombre la senzillísima e inmudable inmensidad divina porque supuesto que el conocimiento es imagen y representación de la cosa conocida y el nombre o verbo señal y manifestación de lo que se conoce, es infalible que no hay ni puede haver nombre o dicho de lo que es del todo oculto y no conocido, mas para que haya lo uno y lo otro se quiso manifestar la oculta e inombrable verdad primera como ya se dixo por limitados y varios medios que determinándola y en varias maneras esplicándola la fuesen por largos, sucesivos y ordenados grados proporcionando a la capasidad de los produzidos entendimientos como excediente luz que por muchas y varias vidrieras, cortinas y antiparas se tiempla, distingue y acomoda a la visión humana que della por sí inmediatamente es incapás y remota o como transparente y puro licor que por muchos vazos se muestra distinto en las varias cantidades, figuras y colores de sus kelim o receptáculos o como ánima que aunque incorpórea e invisible se manifiesta a los corporales sentidos en los varios miembros del visible cuerpo que vivifica y en las diversas operaciones y efectos que por ellos esplica y haze.

*
*    *

Capítulo IX. Con varias circumscriptiones se da alguna noticia de la naturaleza, virtud y actión de las sefirot emanadas.

Los medios que diximos que representan a la cauza primera que en sí como infinita es del todo oculta son las sefirot o divinas numeraciones que della próximamente emanaron y que con su virtud y actual concurso produzieron y continuamente goviernan a todas las cosas que se pueden sincumscrivir pues que el difinillas es inposible, diziendo que son propagaciones de la senzillísima unidad divina, comunicaciones de su infinita bondad, representaciones de su suma verdad y participaciones de su ser que lo es por su misma esensia, imágenes y traslados de su inteligencia, demostraciones de su voluntad, vasos y receptáculos de su potencia, instrumentos de su actión, rayos con que todo ilustra y mira, ideas, razones y simientes con que todo produze, ánimas que a todo da ser, vida y entendimiento, orden de los tiempos con que todo distingue, mide y cuenta, incorporales lugares que todo contienen, supremas unidades a las cuales se reduzen todas las unidas multitudes o números y por ellas finalmente a la purísima unidad de todas las unidades que es la infinita y primera, y en concluzión, son aquellas formales perfectiones que dependiendo de la única eminente, cauzal e inlimitada, son cauza de todas las participadas y contraídas perfectiones que resplandesen en los entendimientos apartados de la materia, en las intelectuales ánimas y en los cuerpos así celestes como elementales y elementados.

 

Proposición X. Que aunque Ensof la cauza primera produze, govierna y perficiona a todo por medio de sus sefirot o mensuras, y aunque representádose por ellas convierte y levanta a sí a todas las cosas por medio dellas, nuestra intención, culto o servicio, último fin y blanco deve ser a él y no a ellas, digo, mas por ellas.

De lo que acabamos de dizir se entiende como aunque Ensof la cauza primera excede en infinito a todos los nombres como también a todos los conosimientos así intelectuales como racionales e imaginales y sensibles, con todo se le pueden y deven atribuir los nombres de las sefirot soberanas que como del próximamente emanadas lo representan y manifiestan en el modo que él se quizo representar y manifestar en ellas y por ellas y sus efectos y criaturas, son capazes de conocello y es de advertir con suma atensión y deligencia que nuestro último fin y casi escopo y blanco a quien tienden las saetas o tiros de todas nuestras actiones, afectos y pensamientos y en efecto toda nuestra intención, religión, oración y servicio se deve poner, endereçar y encaminar a Ensof el incauzado cauzador de todas las cosas, a él, a él y no a sus sefirot, numeraciones o medidas si no es en cuanto él las contiene en su infinita eminencia, se relata o refiere por entendimiento y voluntad a ellas, las produze en sus propias esenciales y existencias, se une íntimamente con ellas, habita en ellas, y por ellas se comunica y difunde a todas las cosas, sirviéndose dellas no solamente como de instrumentos de su eficacia mas también como demostraciones de su entendimiento, voluntad y beneplácito, de manera que por estos medios que alcansamos devemos de tener nuestra intención y último fin en aquel que en sí como inlimitado es del todo incomprehensible y que solamente por ellos en alguna manera se manifiesta, procurando por la observación e inteligencia de su ley divina atraer su eficacia y lumbre a las sefirot emanadas casi tanques y canales que resiben, contienen y transfieren la soberana influencia deduziendo después dicho vigor y lumbre a los tres criados mundos y a todos los que en ellos habitan, convertiéndolos también a todos por medio de dichas sefirot y mensuras a su incauzada e infinita cauza de modo que separándose de lo inferior contaminado y falto se sublimen y santifiquen en lo superior y puro, volviendo finalmente a aquel último fin de quien como de primero principio en el principio procedieron, con que viene a ser la cauza primera no solamente bondad que [a] muchos mucho se comunica y difunde mas fin y término que todo a sí últimamente recoge y recogiendo perficiona, inclinando los altos a lo baxo para dar y convertiendo los baxos a lo alto para resibir, viviendo los unos con los otros de alto abaxo, de baxo a alto y por todos los lados y todos consigo y con su infinita fuente, y esto afin de que se comunique a muchos y mucho cuanto es posible fuera de sí y sea sumamente conocida, glorioza y celebrada en sí por sus efectos que une y copula entre sí y consigo, y estos son los tres fines del único intento de Ensof la cauza primera, es a saber, comunicarse y hazer bien, manifestar su grandeza, levantando a sí a sus efectos y unillos en sí con los demás y con su origen, último fin y bienaventurança, que es lo que el Zoar llama beragha o bendición, kedusa o santificación y yehud o unión en que el hombre es como diximos ministro y ayuda de la cauza primera para que se comunique y haga bien, atraya a sí, represente y santifique en sí y finalmente ajunte y una consigo y todo esto por medio de la ley y sefirot divinas.

 

Propusición XI. Ensof la cauza primera produxo por pura emanación o resultancia diez sefirot o divinas numeraciones y no más ni menos.

Produxo pues Ensof la cauza primera por senzilla emanación, procesión y rezultansia que no es propriamente hablando criación, generación o artificio, como inmenso sol que difunde de sí irradiando innumerables y subsistentes rayos o luzes a las dies sefirot soberanas, con todo lo que en sí contienen que son como diximos los atributos, apellidos y nombres con que se representa y manifiesta, los instrumentos con que obra, criando, governando y perficionando a todo y en efecto los vestidos y órganos con que proporcionándose a todos les da el propio ser y su felice conocimiento, y son diez y no nueve, diez y no onse porque para manifestarse, que es lo que pretende, fueron necesarios dies medios y no más y para produzir a todas las cosas bastaron y no fueron superfluos estos dies divinos artífices o artes y estos dies universales y eficazes instrumentos, porque si menos medios huviera quedara su luz y potencia inproporcionada y excediente como exuberante lumbre sin sus convinientes vidrieras, cortinas y antiparas y como inmenso calor q(ue) en lugar de fomentar y produzir destruye a lo demás y en sí lo convierte, pero si más medios que diez huviera que se interpuzieran entre la cauza primera y sus futuros efectos no les comunicara la perfectión de que gozan ni se manifestara a ellos con la luz y evidencia que por los dies alcansan, demás de lo cual el diez es total y perfecto número porque incluye en sí y esplica fuera de sí a todos los números que son, fueron y serán, y no implica contradición que sean. Es circular y perfecto y que enpeçando de uno buelve a uno, quiero dezir, que comiensa de la primera unidad y acaba en la primera dezena. Es en modo esplícito y estendido lo q(ue) el cuarto en modo virtual e implícito. Es significado por el yod, primero y principal letra de las cuatro del nombre inefable y que hinchido o soletreado contiene en sí otro yod o dies [el valor numérico de dicha letra]. Es mínimo y el menor de todos en cuantidad como el punto es máximo y el mayor de todos los números que hasta dies suben en perfectión y eficacia.

 

Propusición XII. Cómo se llaman las dies sefirot y cómo todas se incluyen en el nombre de Tetragrámaton inefable y que aplicándose a cada una este divino se distingue por varias apuntaduras.

Keter o corona es la sefira más alta y primera, Hochma o sabiduría la segunda, Binah o inteligencia la tersera, Hesed, merced o gracia, la cuarta, Gheburah o fortaleza la quinta, Tiferet o hermosura es la sesta, Nesah o eternidad y vitoria la séptima, Hod, alabansa y confisión, la octava, Yesod o fundamento la nona y Malcut o reino es finalmente la décima y postrera, y supuesto como diximos que los nombres divinos son las sefirot y las sefirot los mismos nombres divinos que no se pueden rematar o borrar son igualmente nombres, representaciones y manifestaciones de Ensof la incauzada cauza primera y esto según sus admirables actiones y más excelentes efectos porque de su infinita existencia no hay nombre, consepto o intiligible obgecto. Supuesto lo que dizimos es de notar que hay un nombre cuadrilítero e inefable que en sí contiene a todas las dies sefirot soberanas, señalando con la punta del yod a Keter que es no menos encubierto que alto, con la misma yod a Hochma, con la he primera a Binah, y con la vau siguiente que significa el número de seis a las seis sefirot que llaman de la fábrica y que son Hesed, Gueburah, Tiferet, Nesah, Hod y Yesod, y finalmente con la he postrera demuestra a Malcut la santa, de manera que en el nombre de Tetragrámaton inefable se incluyen todas las sefirot emanadas de más de lo cual se colocan en ellas dies nombres de cuatro letras e inefables, uno en cada una distintos el uno del otro por la varia manera de apuntaduras [las puntuaciones vocálicas que determinan sus pronunciaciones] que no son misterio se les aplica, de que el primero y que es propio de Keter el alto es apuntado con kamez, el segundo que está en Hochma con patah, el tercero que se coloca en Binah con zere, el cuarto y de Hesed con segol, el quinto y de Gheburah con seba, el sesto que reside en Tiferet se apunta con holem, el séptimo que se aplica a Nezah con hirik, el octavo y proprio de Hod es apuntado con tres puntos en este modo [qibbush] y el nono que se considera en Yesod incluye los puntos de sorek. Está finalmente el décimo nombre inefable en Malcut sin que sea apuntado con ningún modo de puntos, y esto para que pueda resebir igualmente las apuntaduras de los nueve superiores nombres.

 

Proposición XIII. A las sefirot se aplican además del inefable otros divinos y particulares nombres que corresponen al de Tetragrámaton alabado.

Demás de los nombres inefables que se aplican a las sefirot como acabamos de dezir se les atribuyen otros que como segundarios les son algo más exteriores, de que el primero es  (heye o seré) que muchos colocan en Keter el alto y realmente reside en él, según se relata a Binah que en sí contiene siendo propio de aquel Keter que Binah en sí incluye. (yah) es nombre de Hochma, el de Tetragrámaton inefable con la apuntadura de Elohim es proprio de Binah. (el) es nombre de Hesed, Elohim de gueburah, el cuadrilítero inefable con la apuntadura de Zebaot o de Adonay resplandese en Tiferet. Nesah y Hod convienen en un nombre que es Zebaot. Es verdad que para distinguillas suelen aplicar los espositores el nombre de cuatro letras con el de Zebaot a Nezah y el de Elohim con el mismo Zebaot a Hod, el Hay o Saday son los nombres de Yesod, y el de Adonay, y el de Malcut, y a estos divinos nombres siguen los atributos y apellidos de la divinidad como gracioso, clemente, fuerte, eterno, alabado, piadoso y semejantes que aplicados a ellos se reduzen por ellos al divinísimo nombre que llaman inefable y de la esencia que es demostración, como ya se dixo, de la universal voluntad y beneplácito de Ensof la cauza primera de las dies sefirot soberanas y de los mundos que en sí contienen y fuera de sí esplican y en efecto de la universidad de todas las cosas en que resplandece el infinito autor della, y es de saber que aunque paresca que leyendo el nombre de cuatro letras que el sagrado testo nos ofrece se tiene la intención en Binah o en Tiferet en quien se coloca aunque con diferente apuntadura no es solamente en la una o en el otro sino en todas las dies sefirot que unidas y juntas se incluyen en este divino nombre en esta manera, en la punta del iod se a de tener la intención en eheich y Keter que representa, en la misma iod en iah y Hochma que significa y en las demás letras los demás nombres y sefirot que demuestra, de modo que como en cada una de las dies sefirot se incluyen todas dies así en cada uno de los nombres inefables de cada una de las sefirot emanadas se incluyen todos los nombres de todas dies, con que nombrando a uno o a una se nombra a todos y a todas, y esto porque obrando una dellas obran todas así porque en cada una se incluyen todas como porque con cada una concurren siempre todas las otras que es maravillosa unión y que grandemente demuestra la suma verdad de su infinita cauza.

 

Proposición XIV. De dónde deriva este nombre de sefirah y sefirot y su significación y etimología.

El nombre de sefirah o sefirot que a las divinas emanaciones ordinariamente se aplica deriva de sipur que es narración para que sepamos que ellas son las que como dize el Psalmista recuentan y narran todas las criaturas la gloria de su encubierta cauza q(ue) es la universal y primera o porque ellas son las de quien se puede y deve recontar y narrar algo por distinguillas de Ensof su fuente que como infinito y sobre intiligible excede todo lo que todas las lenguas pueden recontar y narrar a sí y a otros, de manera que como no hay entendimiento que lo comprehenda así no hay ni puede haver lengua que lo esplique. Deriva también de mispar o número porque realmente son aquellas que contienen dentro de sí y miden y cuentan fuera de sí a todas las cosas así espirituales como corporales de que son universales y perfectas cauzas no solamente eficientes mas también exemplares y como la primera unidad precede al primero ente que consta y es compuesto de ser y esencia, así el primero esencial y originario número antesede a la multitud de todos los entes o produzidas cozas, que no a cazo en tantos órdenes, grados, géneros, especies, potencias y actiones se destinguieron y multiplicaron sino según estava, difinido y determinado en este primero ideal número como en archetipo y exemplar de todas las cozas. Es así mismo el nombre de sefirah lenguaje de sefer o libro porque son aquellos tres inrrematables y siempre abiertos libros con los cuales como afirma Abraham el mundo fue criado y con que se jusga cada año en su primero día y en que se escriven los píos y justos y que participan de eterna y felice vida. Añádese a lo dicho que sefira es frasis de safira, piedra preciosa, transparente y clara y como tal demostración y símbolos de las divinas numeraciones que son muy perfectas y excelentes y por conseguiente dignas de grande amor y estima y todas como transparentes o diáfanas resiben la luz de su infinito principio y unas de otras, la inferior de la más alta, a la cual reverberando buelve y reflecte después lo que della ha resebido. Comunican también y transfunden la luz divina a todas las criaturas que como luminosas y muy eficazes y perfectas ilustran, inflaman, apuran, levantan y perficionan.

 

Antología