El hombre se encuentra dividido interiormente y no recobrará
su integridad hasta que no se reconcilien entre sí las dos fuerzas
cuya discordia le ha debilitado. La recuperación de la naturaleza
andrógina del hombre es condición previa y fruto que nace
de la unión con su principio divino. En la burbuja-atanor se genera
un mundo, un nuevo estado de ser que es la síntesis de los opuestos
aparentes.
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